La buena alimentación, un descanso adecuado y hasta una rutina física son de gran ayuda si lo que te proponés es tener un cutis perfecto. Hoy nos metemos de lleno en el mundo de la cosmetología para conocer los tratamientos para la piel según sus características.

Cuando hablamos de las particularidades de la piel de las personas, no es necesario que nos convirtamos de la noche a la mañana en cosmetólogas. Es muy probable que, a simple vista, puedas detectar algunos indicios que reclamen más o menos cuidado de la piel, como también otros indicios de que no es necesario vivir con un set de aparatología en casa.

Para evitar suposiciones, empecemos por conocer los tipos de cutis que existen y qué tratamientos son los más efectivos para tener una piel saludable:

Piel normal

Se denomina de esta manera a la piel que está sana, esto implica que cuenta con el equilibrio correcto de hidratación por lo que no es necesario que coloques mascarillas o crema que la humecten.

Sin embargo, las pieles normales también requieren de un tratamiento, y es aquel que está destinado al mantenimiento de ese cutis saludable. Cada noche nuestro rostro descarta un gran número de células muertas por lo que una higiene apropiada todos los días será de gran ayuda para eliminar restos.

Lo recomendable es hacer una limpieza de cutis una vez por semana, hidratando y tonificando tu cutis para que mantenga esa estética que tanto te gusta.

Piel seca

La piel seca se puede distinguir a simple vista porque no tiene brillo, profundiza zonas agrietadas o con posible descamación. 

Esa piel está pidiendo hidratación por todos lados, por lo que lo recomendable es que visites a tu nutricionista para balancear tu dieta y la ingesta de alimentos y agua que te otorguen el líquido que tu piel necesita.

Todas las noches realiza una limpieza y luego coloca un aceite hidratante. Esto relaja los músculos del cutis, al mismo tiempo que evita las marcas del paso del tiempo.

Piel grasa

Por el contrario al caso anterior, tu rostro brilla como nunca. Sin embargo, cuando una piel brilla tanto que parece bañada en sudor, aquí hay un indicio que no es para nada positivo puesto que acumula excedentes que dañan cada vez más tu cutis.

¡No desesperes! La solución está en tus manos porque se resuelve con la hidratación correspondiente. Sí, como lo leés, no porque tengas una piel grasa ese cutis no merece los beneficios de la hidratación.

Realiza una limpieza profunda, al menos, dos veces por semana, hidratando y tonificando la piel. Usá un exfoliante durante esos días y una crema reguladora de sebo o gel refrescante. 

Este tratamiento no es mágico, pero mejorará mucho tu aspecto y te permitirá lucir el brillo de tu rostro, pero con tu cutis totalmente saludable.

La piel es lo primero que los demás ven cuando alguien nos está hablando, es como una carta de presentación. Por esta razón, es un gran plus que sepas cómo cuidarla. 

Si la cosmetología se convirtió en tu fuerte y te gustaría saber mucho más sobre este oficio, no dudes en considerar al mundo de la belleza y la estética como tu vocación. ¿Quién te dice que el cuidado de la piel sea, en realidad, eso que te motive a emprender tu propio negocio? 
Más información en la Escuela de Belleza de FICDE.