Gestión inmobiliaria y administración de consorcios es una de los oficios que se abre camino con una prometedora salida laboral, en contraste con aquellos que aseguran que solo las carreras relacionadas con las nuevas tecnologías son las más elegidas. Enterate en este artículo por qué tenés que ser gestor inmobiliario y cuál es el lado A que convierte a este oficio en un nicho tan auspicioso.

Año tras año, todas las personas que enfrentan el proceso de formación profesional se enfrentan al mismo interrogante: ¿Qué estudio, qué me gusta hacer y de qué viviré en un futuro? Pese a que hoy están en voga todas las carreras relacionadas con las nuevas tecnologías, marketing y publicidad, existen ciertos nichos que requieren de personas preparadas para llevar a cabo sus tareas de manera responsable, uno de ellos es el sector inmobiliario.

Este segmento sufrió una silenciosa transformación desde el 2020 en adelante, conforme la pandemia por la Covid-19 replegó a las personas en sus viviendas y estas comenzaron a movilizarse en búsqueda de una mejor estadía, algunos de manera momentánea y otros ya de forma definitiva. 

También, como consecuencia de la economía local, la oferta de propiedades en alquiler bajó, al tiempo que las propiedades en venta subieron de manera extraordinaria. Este movimiento requiere de un rol que tenga una mirada analítica del contexto y entienda cómo aplicar las normas legales para conducir, negociar e intermediar en todas las operaciones inmobiliarias posibles, pudiendo ser el alquiler, compra o venta de bienes.

Este rol es el del gestor inmobiliario, quien además lleva adelante las tareas administrativas en este rubro prestando servicios de promoción, venta, comercialización y posventa de propiedades, además de que tiene la potestad de realizar valuaciones de propiedades sin valor judicial y llevar el control de la gestión administrativa de las propiedades en materia de cobranzas, impuestos y mantenimiento.

¿Por qué estudiar gestión inmobiliaria?

No todas las personas están preparadas para cubrir las necesidades del mercado laboral que son “tendencia”. El hecho de que las profesiones vinculadas con marketing y nuevas tecnologías se pongan de moda por la gran búsqueda laboral actual, presiona a que quienes están en camino de selección de su futuro profesional, lo hagan orientados en ciertos rubros con los que no se sienten a gusto. 

Para estos casos, han de saber que todas las industrias tienen puestos por cubrir, a pesar de que otros se pongan de “moda”. Este es, sin duda, el caso del sector inmobiliario que, por la misma coyuntura, requiere cada vez de más recursos humanos capacitados para llevar adelante este oficio.

La mejor parte de esto es que, además de ser una carrera que se puede hacer a distancia o presencial, se puede salir al mercado laboral en menos de un año permitiendo una inserción más rápida y con un ingreso muy auspicioso. 

Por esta razón, el sector tiene dos lados con muchas oportunidades: el lado A, que mantiene viva a esta industria con la cantidad de transacciones que se realizan cada año, y el lado B, que está impulsado por los gestores y administradores haciendo que esta actividad se lleve a cabo de la manera más responsable posible.

¿Qué hace un gestor inmobiliario y administrador de consorcios?

A continuación, vamos a eliminar un gran mito que sostiene que los administradores solo hacen números. Muy por el contrario, el objetivo de esta formación es amplio y conlleva muchas aristas que se pueden adquirir en tan solo 10 meses de carrera.

Según la escuela de Formación Profesional Ficde, el objetivo de programa académico es que el alumno pueda:

  1. Reconocer el marco normativo vigente que abarca a la actividad.
  2. Identificar cada etapa del negocio inmobiliario para desarrollar sentido crítico necesario para asesorar a los clientes sobre los aspectos jurídicos.
  3. Aplicar las herramientas administrativas y de gestión usuales del sector inmobiliario.
  4. Identificar los distintos productos inmobiliarios y los distintos servicios inmobiliarios.
  5. Identificar las principales funciones y tareas de un Administrador de Consorcio.
  6. Adquirir habilidades en la resolución de las actividades administrativas básicas.
  7. Identificar y solucionar actividades referidas al mantenimiento y reparación de elementos de la infraestructura del consorcio.
  8. Analizar y resolver situaciones de conflicto.
  9. Brindar herramientas y los elementos teóricos y prácticos necesarios para desarrollar una tasación en forma rápida, efectiva y sencilla, pero justificando fehacientemente los resultados obtenidos, mediante métodos. 

Sin dudas, es una capacitación muy prometedora para quienes tienen un perfil de organizadores y quieren adquirir una mirada estratégica en este sector. Adicionalmente, no se trata de una flamante profesión.

El 13 de octubre de 1948 se sancionó la Ley 13.512 con el objetivo de regular la propiedad horizontal. A partir de entonces, esta fecha fue la señalada en el calendario para celebrar el día del Administrador de Consorcios y gestor inmobiliario, al mismo tiempo, es el dato que nos ubica cronológicamente en una línea de tiempo que indica desde hace cuánto tiempo se tratan los temas relacionados con el manejo responsable de los consorcios. 

Aunque el contexto traiga este oficio a la mesa, nuevamente, el mercado laboral para el mismo se ha mantenido siempre activo, un dato que no debería ser menor para aquellos que se sientan emparentados con estos objetivos y que busquen una capacitación que les permita visualizar una salida laboral pronta y próspera.